La montaña no es justa ni injusta,es impredecible,y uno se adentra en ella con las armas que uno mismo se ha fabricado o forjado,enfrentarse a ella es enfrentarse consigo mismo y aqui no cabe la mentira,solo triunfa la humildad y el sentimiento de sentirse pequeño es estas montañas y esa gran inmensidad.
El esfuerzo fisico,en algun momento,ya ha pasado el unbral,y lo que te lleva a seguir es tu propia moral.
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